EXPLORANDO SANTILLANA DEL MAR Y SUS ENCANTOS

Santillana del Mar: el encanto de un pueblo cantábrico

Santillana del Mar, ubicada en el extremo Este de la Costa Occidental, es un bonito conjunto histórico-artístico desde 1889. A sólo 30 km de Santander, abarca más de 28 km² y alberga cerca de cuatro mil habitantes, incluyendo además de la villa de Santillana del Mar otras pintorescas localidades.

Esta bonita villa, conocida como el pueblo de las 3 mentiras, ya que no es santa, ni llana, ni tiene mar, es un tesoro medieval en Cantabria. Su impresionante patrimonio histórico-artístico y la belleza de sus calles lo convierten en un atractivo turístico imprescindible. ¡Un verdadero museo vivo!

Ofrece una experiencia única, donde cada piedra y rincón narran historias desde la prehistoria en las cuevas de Altamira hasta la época medieval. Explorar este pueblo es un viaje que fascina a los amantes de la historia, el arte, la naturaleza y la aventura. Un destino ideal para todos.

Si visitas la villa en el mes de Junio podrás encontrar el Mercado Medieval de Santillana del Mar, un evento anual que transforma el pueblo en un escenario vivo de la Edad Media.

Cómo nació Santillana del Mar

Los orígenes de Santillana del Mar se remontan al siglo VIII, cuando unos monjes trajeron las reliquias de la Mártir Juliana. Se establecieron en una zona deshabitada cerca de Planes, al pie del monte Vispieres, dando inicio a la rica historia de este característico lugar.

Esos monjes construyeron una humilde ermita para resguardar sus reliquias. Este acto impulsó la donación de tierras y privilegios por parte del reino asturleonés, fomentando la repoblación. Así se formó un cenobio bajo un abad, rodeado de edificaciones que acogían a agricultores, dando lugar a una villa que tomó el nombre del centro religioso: «Sancta Luliana«, la actual Santillana.

Cómo hacer un recorrido histórico por Santillana de Mar

Comenzamos nuestra visita dejando el coche en el parking de la Plaza del Rey y antes de pasear por las calles empedradas de Santillana del Mar hacemos una parada en el Convento de las Clarisas y el Museo Diocesano.

Convento de las Clarisas y el Museo Regina Coeli

El Convento de las Clarisas es un refugio de paz y arte. Fundado en el siglo XVI, alberga a una comunidad de monjas clarisas que mantienen vivas las tradiciones de su orden. Su iglesia conserva valiosas obras de arte religioso, incluyendo retablos y esculturas.

El Museo Diocesano Regina Coeli aloja más de 600 obras procedentes de numerosas iglesias de Cantabria que van desde el siglo VII hasta el siglo XX, y que corrían el peligro de perderse o deteriorarse.

Otro de sus reclamos son los deliciosos dulces artesanos que preparan las Clarisas y que puedes adquirir en su tienda.

Muy cerca no te puedes perder el Convento de San Ildefonso.

Convento de San Ildefonso

Este convento tenía como residentes a doncellas de las principales familias de la región. Parecido en distribución al Convento Regina Coeli, tiene, en el claustro y un cristo de marfil filipino de grandes dimensiones situado en el Altar Mayor, sus dos grandes joyas.

Empezamos a conocer este pueblo recorriendo la calle Santo Domingo. Una calle adoquinada que te transporta a siglos pasados gracias a sus casas de piedra con balcones de forja y madera llenos de flores. Sus blasones y escudos familiares esculpidos en las fachadas añaden un toque mágico y acogedor a este encantador lugar.

Antes de llegar a la Plaza Mayor te recomendamos detenerte en el fotogénico cruce con la calle de la Carrera, en el Palacio de Peredo-Barreda, sin duda el palacio más elegante de la villa y sustituye a alguna torre o vivienda gótica que tuvo en este solar la familia Barreda. Sobre la portada se observa el balcón de hierro sobre peana de piedra y dos puertas con orejera entre las que aparece el escudo con las armas de Peredo.

Un poco más adelante se encuentra la Casa de los Villa o Bustamante, una hermosa casona barroca que se originó de una torre medieval. Durante las guerras banderizas, se erigieron muchas torres defensivas. Con el tiempo, estas estructuras se transformaron en acogedoras viviendas, conservando su encanto histórico.

La portada corresponde al edificio del XVIII y presenta una puerta adintelada, entre pilastras flanqueada por óculos.

Continuamos por la calle Juan Infante para llegar a la Plaza Mayor de Ramón Pelayo, el centro neurálgico de Santillana del Mar, un lugar donde se concentra la vida social y cultural del pueblo.

Plaza Mayor de Ramón Pelayo

Rodeada de majestuosos edificios históricos, esta plaza se transforma en un vibrante punto de encuentro. Los visitantes pueden deleitarse con la arquitectura clásica, relajarse en las terrazas mientras saborean la deliciosa gastronomía local o simplemente contemplar el bullicio de la vida cotidiana.

Esta magnifica plaza de estilo medieval es también el escenario de numerosos eventos culturales y festivales a lo largo del año.

Merece la pena dedicar un tiempo a observar las fachadas de los diferentes edificios como las torres medievales de estilo gótico, Torre del Merino y Torre de Don Borja, el Ayuntamiento y las fantásticas Casa de la Parra y Casa del Águila.

Aunque la casa señorial más fotografiada de la Plaza Mayor es la conocida como Casa del Cura, una casa señorial llena de flores en sus balcones de madera.

Torre de Don Borja

La Torre de Don Borja, un emblemático edificio en Santillana del Mar, combina historia y cultura. Antiguamente parte de la defensa medieval, hoy acoge exposiciones de arte y eventos, convirtiéndose en un punto de encuentro para locales y visitantes.

Fue edificada en el siglo XV y ampliada en el XVI. Restaurada en 1981 para ser sede de la «Fundación Santillana».

Torre del Merino

Debe su nombre a que era la vivienda del representante del rey. Conserva en gran medida su aspecto original, con algunas transformaciones.

Casa de la Parra

Recibe su nombre de la gran parra que adornaba su fachada hasta que fue sustituida por la pantalla actual de entramado de madera. La Casa de la Parra, con su remate en pináculos renacentistas, es del siglo XVI.

Casa del Águila

Junto a ella está la barroca Casa del Águila, del siglo XVII, con su balcón añadido posteriormente y su escudo de la villa. Su nombre es en referencia al escudo de Estrada y Tagle que centra la fachada, en la que además se admiran los soportales, antepechos y balconada, típicos de la arquitectura barroca nobiliaria de la región.

Las dos, propiedad del Gobierno de Cantabria, se han convertido en salas de exposición. Frente a ellas está la escultura «Santillana al Hombre de Altamira», obra de Jesús Otero.

Casa de los Barreda-Bracho

Al otro lado está la también barroca Casa de los Barreda-Bracho, hoy transformada en el Parador Nacional Gil Blas, por el protagonista de la novela picaresca francesa La Historia de Gil Blas de Santillana. Edificado a finales del siglo XVII, fue incorporado en 1944 a la Red de Paradores Nacionales.

Ayuntamiento

Y, finalmente, el Ayuntamiento, también barroco, con su balconada de hierro fundido y su gran escudo. Es uno de los edificios de más prestancia de la villa y fue construido en sillería de arenisca amarillenta.

Seguimos nuestra ruta por las calles con más encanto y la siguiente a la que nos dirigimos es la calle Carrera a la espalda de la Plaza Mayor. En ella nos encontramos la Torre de los Valverde que responde al modelo de casa-torre gótica.

A continuación y en la confluencia de la calle del Cantón y el callejón de las Lindas hallamos la Casa de Valdivieso. Presenta una planta sensiblemente cuadrada, con dos alturas y cubierta a dos aguas sobre las fachadas principal y posterior. La fachada principal en piedra de sillería se orienta al Este. Actualmente es un hotel.

Seguimos adelante por la calle Cantón disfrutando de una fantástica panorámica con la torre de la Colegiata de fondo. En la calle Río paramos ante la Casa de los Villa o de los Hombrones.

Casa de los Hombrones

Aquí estamos en el siglo XVIII, donde los escudos ya no son tan discretos. Los «hombrones» son evidentes: los dos soldados-tenantes del escudo de los Villa. Su lema, «Un buen morir es honra de la vida», refleja la valentía y el honor que caracterizan a esta noble casa.

Llegamos a la plaza donde se descubre la razón de ser de Santillana del Mar: su Colegiata.

La Plaza Abad Francisco Navarro

Y no te creas que aquí tampoco faltan palacios nobles. Entre la calle Río y la plaza, descubrimos la Casa de la Archiduquesa Margarita de Austria y las casas de los Quevedo y Cossío, ahora unidas, que cuentan historias fascinantes.

En estas últimas está el famoso puesto de dulces típicos Casa Quevedo.

Casa Quevedo

En realidad se trata de dos casas que en la actualidad constituyen una sola vivienda y adosadas una junto a otra formando una escuadra.

La casa meridional, cuya puerta de acceso se ubica en la fachada Sur, perteneció a la familia Quevedo, cuyo blasón se admira sobre un antepecho en la fachada norte.

La Casa Quevedo destaca por su impresionante túnel con arcos de piedra. Este antiguo desagüe conecta el manantial cercano al lavadero y abrevadero del siglo XVI, fluyendo hacia el riachuelo que da nombre a la calle Río.

Adosada a la fachada norte se ubica la Casa de Cossío, con notable portada adintelada y franqueado por pilastras, sobre la que se extiende un balcón de hierro volado sobre peana de piedra. Posee dos puertas de acceso al mismo, y entre ellas, uno de los más notables escudos de la villa, con armas de Cossío.

Descubre la belleza de la Colegiata de Santa Juliana

Tiene su origen en la expansión del antiguo monasterio del mismo nombre, a mediados del siglo XII. Fue construido por un grupo de monjes para contribuir a la repoblación de la zona y crear una pequeña ermita en la que exponer las reliquias de la mártir Juliana, que traían consigo. Este templo religioso dió origen al nombre de esta pequeña localidad.

La Colegiata de Santa Juliana, el corazón de Santillana del Mar, destaca como un magnífico ejemplo del arte románico en Cantabria. Este hermoso templo, donde reposan los restos de Santa Juliana, invita a los visitantes a explorar su rica historia y el encanto del arte medieval.

Su arquitectura destaca por los impresionantes capiteles tallados y el claustro, que es una verdadera obra de arte con historias bíblicas y escenas cotidianas de la época esculpidas en piedra. Su estructura de tres ábsides y tres naves sigue el modelo de Frómista (Palencia) y del románico internacional que penetra en Castilla por el Camino de Santiago.

 

Este templo religioso enamora por la bonita portada de su fachada, el retablo mayor gótico, el sepulcro de Santa Juliana y sobre todo, por su fantástico claustro que tiene 42 preciosos capiteles decorados con elementos florales y geométricos.

La Colegiata de Santillana de Mar con su claustro fue declarada Monumento Nacional en 1889.

Claustro de la Colegiata

El claustro es de forma cuadrada y se comunica con la nave del evangelio a través de una portada románica. Se anexionó a finales de siglo XVII, una vez acabado el templo.

La parte meridional, adosada al templo, es la más antigua y muestra temas bíblicos como el Pantocrátor y Tetramorfos, apóstoles, Daniel en el foso de los leones, el sueño de Nabucodonosor, Sansón desquijando al león, la degollación de San Juan, el milagro de los panes y los peces y el Descendimiento, junto con otros temas profanos como la despedida del caballero o los relativos a la lucha entre el Bien y el Mal, representados por el guerrero cristiano que mata el dragón (copia de un relieve asirio del s. VI a. C.), o el pastor ahuyentando a los lobos.

En la crujía Oeste se tallan temas alegóricos al Purgatorio, con animales fantásticos entrelazados. Destaca el capitel relativo al Cielo y el Infierno, en donde San Miguel pesa las almas.

A lo largo de las galerías se observan sepulcros románicos y góticos extraídos del patio del claustro, correspondientes a abades, canónigos y nobles, identificables por sus escudos e inscripciones.

Rodeando la Colegiata nos encontramos en la Plaza de las Arenas y en ella vemos el imponente Palacio de los Velarde.

Palacio de los Velarde

Construido a mediados del siglo XVI por Alonso de Velarde, destaca por su arquitectura del primer renacimiento con la presencia en la fachada de ventanas ritmadas, escudos del linaje, balcones y pináculos en la parte superior.

Actualmente el palacio ha sido restaurado y alberga un museo inmersivo.

Museos en Santillana del Mar que cautivan y sorprenden

Museo del Barquillero

El Museo del Barquillero, situado en la antigua Casa de la Archiduquesa Margarita de Austria. Gracias a este Museo descubrimos las barquilleras, las melodías que escuchaban y los utensilios para elaborarlos, enseñándonos el mundo del barquillo.

En la planta de arriba encontrarás juguetes tradicionales de décadas pasadas como las chapas, yo-yos o carracas, entre otros muchos, mientras que en la planta baja además de un pequeño carro repleto de barquillos artesanales, y donde podrás comprar dulces, chocolates y otros productos de la gastronomía cántabra.

Museo de la Inquisición y la Tortura

El Museo de la Inquisición, cerca de la Casa Quevedo, es un lugar cautivador que transporta a los visitantes a una era sombría de la historia española. En un edificio de cuento medieval, se exhiben instrumentos de tortura y paneles informativos que relatan la intrigante historia de la Inquisición en España.

Aunque puede ser inquietante, es una parada obligatoria para entender mejor las complejidades sociales y políticas de aquel tiempo. La exposición recoge instrumentos como la guillotina, la doncella de hierro, potros, garrotes, cinturones de castidad, etc. utilizados en el periodo que comprende desde la Edad Media hasta la época industrial.

Palacio de Velarde

La visita al palacio, en la Plaza de las Arenas, es una experiencia inmersiva única donde se consigue introducir al visitante en un entorno fascinante en el que poder disfrutar de diversas recreaciones acontecidas en este Palacio durante tiempos pasados. Se combinan el propio escenario físico con escenarios virtuales.

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Un lugar espectacular con escenarios muy a lo Harry Potter con ambiente fantasmagórico y fantástico además de una forma divertida de contar la historia del palacio, la familia Velarde y las diferentes personalidades que vivieron allí.

Un viaje al pasado con teatralización virtual, hologramas, magia, misterio, historia, cultura, fantasmas …

Museo el Salón del Tiempo

Este museo está ubicado justo por donde comenzamos nuestra visita a Santillana en la Avda. Donat.

Reúne una selecta colección de más de 200 relojes de los siglos XVIII, XIX y XX, que se encuentran en perfecto estado de funcionamiento. Un museo vivo, un nuevo concepto que define la perfecta sincronía entre arte, movimiento y sonido.

El Salón del Tiempo presenta una extensa y selecta colección de relojes de época, agrupados en cinco salas, pudiendo observar sus máquinas en funcionamiento y contemplar los diferentes estilos y técnicas empleados en su construcción.

Se fabricaron relojes incrustados en cuadros, relojes que cuentan con magnificas pinturas en sus cajas o relojes que incluyen figuras que hacen mover los ojos de las más diversas criaturas al son del segundero.

Un paseo a las afueras de Santillana del Mar

A poca distancia de Santillana del Mar, el Laberinto de Villapresente ofrece una aventura única para toda la familia.

Laberinto de Villapresente

Como uno de los laberintos de setos más grandes de España, este lugar desafía a los visitantes a encontrar su camino a través de intrincados senderos. Es una actividad al aire libre que combina diversión, estrategia y la oportunidad de disfrutar del paisaje verde de Cantabria.

Más de 5.500 metros cuadrados cubiertos de cipreses te esperan en Cantabria. Una atracción que te hará sentir como Alicia en el País de las Maravillas.

Ermita de Santa Justa

Situada en una ubicación espectacular en los acantilados de Ubiarco frente al mar Cantábrico, la Ermita de Santa Justa es un pequeño templo incrustado en la roca.

Creada en el siglo XVI, este santuario es una hazaña arquitectónica, con sólo dos paredes construidas, aprovechando las formas de la roca circundante. El interior de la ermita es austero, oscuro y húmedo, con una única lámpara que ilumina el espacio reducido. Parece haber permanecido inmutable durante siglos, sin el menor cambio.

Mientras te hallas en su interior, observas cómo el estruendo de las olas golpea contra las paredes de la ermita. La Ermita de Santa Justa ha sido un importante destino de peregrinación a lo largo de los siglos por custodiar las reliquias de las mártires Santa Justa y Rufina.

Este lugar no sólo es importante por su valor religioso, sino también por el imponente paisaje natural que lo rodea. La ermita es el destino perfecto para aquellos que buscan un momento de paz y contemplación, así como para los amantes de la fotografía, gracias a sus vistas panorámicas del mar y la costa.

Después de completar todas las visitas a la villa medieval de Santillana del Mar, no puedes dejar de acercarte a la deslumbrante Cueva de Altamira, situada a dos kilómetros.

Cueva de Altamira

La cueva, conocida como la Capilla Sixtina del arte rupestre, es un tesoro en España. Sus asombrosos grabados en paredes y techos, creados por Homo Sapiens en el Paleolítico Superior, cuentan historias de tiempos antiguos. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, es un lugar fascinante que todos deberían visitar.

Estas pinturas policromadas, con alrededor de 15.000 años de antigüedad, muestran animales de la época como los bisontes. Descubiertas en 1868, han sido visitadas durante años por miles de turistas sin control, lo que llevó a su deterioro. Ahora, el acceso es restringido y se ha creado la Neocueva, una fiel réplica para preservar su belleza.

La Neocueva nos transporta a Altamira, tal como era hace entre 35.000 a 13.000 años, habitada por sociedades cazadoras y recolectoras. Esta fiel reproducción tridimensional, basada en ciencia, nos permite explorar el arte rupestre y el entorno de aquellos fascinantes tiempos.

Recorrerás sus pasajes y salas recreadas con minuciosidad, observando las marcas, grabados y pinturas que dejaron nuestros ancestros. La iluminación tenue y los efectos de sonido te sumergirán en la atmósfera de la época.

El Museo de Altamira, que acompaña a la Neocueva, te ofrece una experiencia completa sobre el arte rupestre y la prehistoria a través de exposiciones didácticas.

Ensenada de Onzapera

La Ensenada de Onzapera tiene algo muy especial. Se trata de una piscina natural, bien protegida por inmensas masas rocosas que en los días en los que el mar está tranquilo, darse un baño es un auténtico regalo.

No tenemos la menor duda de que es uno de los secretos mejor guardados del municipio.

Dónde comer y dormir en Santillana del Mar

Es muy habitual que el pueblo sea muy visitado, sobre todo en temporada alta y los fines de semana, por eso si quieres comer en alguno de los restaurantes de Santillana del Mar más recomendados, es importante reservar para no quedarte con las ganas de probar sus manjares.

Los sitios para comer más recomendados

El Bisonte Rojo, de camino a la famosa Cueva de Altamira, tiene un menú muy completo e incluye normalmente platos tradicionales como el cocido montañés.

El Porche, un bar-bodega tradicional, en el que podrás probar platos típicos de la gastronomía cántabra. Te recomendamos las Anchoas de Santoña con pimientos, las Rabas de corral o las Croquetas de cocido.

Restaurante Gran Duque, en el centro histórico, un restaurante familiar, buen producto cocinado con mimo y tradición y un entorno familiar. A destacar las berenjenas rellenas de marisco o las carrilleras de jabalí.

Alojamientos recomendados por los viajeros

Para dormir esta es nuestra selección:

Parador De Santillana Gil Blas, hotel moderno que se encuentra en la plaza principal de la bella villa. Un parador precioso. Habitación y baño amplios y cómodos. Personal muy agradable.

Posada La Casa del Organista, bonito hotel de estilo rústico que ocupa un edificio tradicional de montaña. Amplias habitaciones con decoración original de suelos de madera y muebles de época.

Hotel Cuevas, un hotel solo para adultos con restaurante cerca de la Colegiata de Santa Juliana. Las instalaciones muy cuidadas, todo extremadamente limpio, el trato del personal inmejorable. Un hotel precioso, tranquilo y muy acogedor.

Hotel Casa del Marqués, hotel de 5 estrellas que ocupa un edificio reformado del siglo XV. Mantiene el equilibrio entre el lujo, la tradición y el confort.

Aquí te dejo también nuestra selección de casas y apartamentos en Santillana del Mar y alrededores.