CABO DE SAN VICENTE, EL ATARDECER MÁS BONITO DEL MUNDO

Cabo de San Vicente, un bello acantilado con vistas al Atlántico

A 5 km de Sagres, el Cabo de San Vicente es el punto más al Sudoeste de la Península Ibérica. Es el comienzo de la Costa Vicentina portuguesa, dentro de la Reserva Natural de la Costa Vicentina, que se prolonga 100 kilómetros hacia el Norte.

El Cabo de San Vicente, también conocido en los tiempos de los fenicios y de los romanos, debe su nombre a San Vicente, un sacerdote español cuyos restos se dice que fueron encontrados entre los acantilados.

Una experiencia que te dejará una huella imborrable

Los acantilados que rodean el cabo se elevan majestuosamente a 75 metros sobre el Océano Atlántico, creando un contraste asombroso entre la fuerza de la naturaleza y la delicadeza del momento. Te sorprenderás al descubrir la gran cantidad de aves que anidan entre estas rocas, añadiendo un toque de vida y movimiento al escenario.

Este sitio ofrece un paisaje impresionante que te dejará sin aliento. Imagina llegar justo a tiempo para el atardecer, cuando los rayos dorados del sol se deslizan suavemente detrás de las aguas del océano, pintando el horizonte con tonos cálidos y vibrantes.

Después de estacionar el coche, realizarás una pequeña excursión que te llevará a los puntos más destacados del cabo. Con cada paso, el bullicio va quedando atrás y te envuelves en la belleza del entorno.

Una vez que encuentres tu lugar perfecto para observar el espectáculo del atardecer, te sentarás, y lo que suceda a continuación será mágico. La naturaleza parece suspender el tiempo; el viento acaricia tu rostro y las olas rompen contra las rocas en un ritmo hipnotizante. En ese instante, la paz que se respira es asombrosa, como si todo el mundo hubiera decidido detenerse, sólo para ti.

Cuando el sol finalmente se oculta en el horizonte, el cielo se transforma en una paleta de colores que parece sacada de un sueño. Al finalizar este magistral espectáculo, el aplauso espontáneo de la multitud transforma este momento en una celebración compartida, como si estuvieras participando en una obra de teatro natural, donde todos son cómplices de la admiración.

El clima es muy variable en el Cabo de San Vicente, tan pronto hace mucho viento y fresco, como que se calma todo y se está genial. Es recomendable llevar una sudadera en el maletero por si acaso.

Historias del Cabo San Vicente

Cuenta la leyenda que la barca que llevaba los restos de San Vicente a Lisboa fue custodiada por una pareja de cuervos para protegerla. Y por eso, éstos son los símbolos de la capital portuguesa: el patrón San Vicente, los cuervos y la barca.

Durante muchos siglos los antiguos creyeron que el mundo terminaba aquí. Que los límites de la Tierra estaban un poco más allá.

Así pues, los navegantes fenicios, griegos y romanos lo consideraban el fin del mundo y un lugar sagrado que los romanos llamaron “Promontorium Sacrum”.

Se cree que los romanos construyeron un templo en este lugar para honrar a su dios del mar, lo que más tarde dio origen al nombre de «São Vicente».

Durante la Edad Media, el cabo sirvió como punto defensivo contra invasiones y piratería, siendo fortificado con diversas estructuras, entre ellas la notable Fortaleza do Beliche.

Otra de las leyendas más conocidas es la del navegante y héroe Ulises que sugiere que pasó por estas aguas durante su larga odisea. Se dice que aquí, en las rocas escarpadas del cabo, se encontró con las míticas sirenas. Sus voces encantaban a los marineros y los llevaban a su perdición.

Qué ver en el Cabo de San Vicente

Situada en posición dominante sobre la playa de Belixe, en la freguesía de Sagres, del municipio Vila do Bispo, se pasa junto a la Fortaleza do Beliche, aproximadamente un kilómetro antes de llegar al faro.

Fortaleza do Beliche

Construida en 1632 en el sitio de la antigua fortificación, este pequeño fuerte, además de las murallas, cuenta con una capilla. Actualmente se pueden apreciar aún restos remanentes de la muralla original, baterías y búnkeres restaurados, así como la Capilla de Santa Catarina, en el ala Oriental de la fortaleza, cuyos orígenes se remontan a una donación de Enrique el Navegante. El interior una vez alojó un hotel.

En esta zona, a ambos lados de las murallas, hay playas con flysch como los del País Vasco y la Costa Quebrada de Cantabria.

Plataformas o campos de Lapiaces

En determinados lugares el suelo de roca parece resquebrajada, llena de agujeros por los que salen flores en primavera. Es difícil caminar por ellos y hay que ir muy atento, pero al mismo tiempo es un terreno distinto, original y fantástico.

La Piedra de las Gaviotas

Andando sólo unos metros desde el faro hacia el Norte, verás este gran peñasco con forma de barco. Está enfrente de la costa y no hay forma de ir, pero no dejes de admirarlo desde los acantilados.

El faro del Cabo de San Vicente

El faro, que se alza sobre el acantilado con su color rojo fuego, alberga el pequeño, pero bien cuidado, Museo dos Faròis y un centro de visitantes.

El museo ofrece una exposición sobre el papel que la ciudad de Sagres ha desempeñado en la historia marítima portuguesa. Tanto el museo como el centro están abiertos al público todos los miércoles por la tarde.

El faro tiene 24 metros de altura y fue construido sobre el lugar de un antiguo convento franciscano.

Desde Lagos también puedes hacer una excursión guiada a Sagres y al Cabo de San Vicente.

Sagres y su Fortaleza

Sagres es una freguesía perteneciente a Vila do Bispo. Con menos de 2.000 habitantes, se trata de un rincón muy tranquilo y pintoresco del Algarve dominado por los vientos, si no fuera por el atractivo de ser la punta de la Península Ibérica.

Fue aquí donde vivió el infante Don Enrique el Navegante, impulsor de muchas travesías hacia las costas africanas durante la época conocida como la de los Descubrimientos.

Fortaleza de Sagres

La Fortaleza de Sagres cuenta con una gran explanada de aparcamiento gratuito. Desde sus murallas se tienen vistas muy bonitas del mar y por supuesto también de los acantilados del Cabo de San Vicente.

El infante D. Enrique mandó erigir la fortaleza que hoy se puede ver. Aunque reconstruida debido al deterioro por el paso del tiempo, los ataques de piratas como Francis Drake y el terremoto de 1755, entre otras vicisitudes, la dañaron considerablemente.

Su visita es muy interesante e incluye varios lugares. Los más relevantes son:

Porta da Praça: es la puerta de entrada a la fortaleza. Antes de ser dañada, había un foso y un puente levadizo.

Igreja Nossa Senhora da Graça: sustituyó a una antigua ermita de 1459. Se cree que está ubicada sobre un antiguo osario y te aconsejamos entrar para ver sus azulejos blancos y azules y un bello retablo de estilo barroco. Cerca de ella también se puede ver una rosa de los vientos.

Bastiones y murallas: los bastiones de Santa Bárbara y San Antonio de 1793 ofrecen estupendas vistas de la fortaleza y alrededores.

Cámara Sonora: se trata de una especie de laberinto en el que escucharás con fuerza el sonido del mar.

Faro: el que se puede ver data de 1960 y tiene una altura de 11 metros. Como curiosidad, se controla de forma remota desde el de Cabo San Vicente.

Museo de los Descubrimientos Portugueses: un museo interactivo para aprender más sobre esta etapa portuguesa.

Las playas de Sagres

Las playas de Sagres son fascinantes por varios motivos. Por su enorme belleza, por estar abrazadas por esos acantilados tan típicos del Algarve. También por ser playas algo más tranquilas en lo que al número de bañistas se refiere por tratarse de playas más recónditas.

Praia do Tonel

Desde la Fortaleza podrás disfrutar de esta playa, una de las mejores que ver en Sagres y también ideal para contemplar la puesta de sol. La Praia do Tonel es una de las más queridas por los surfistas, ya que está cerca del centro y, por supuesto, suele tener olas adecuadas para practicar.

La belleza del color del agua de tonos azules y verdosos, la espectacularidad del acantilado y una gran roca en el centro de la playa le supone ser bien atractiva.

El acceso a la playa Tonel es sencillo, directamente por una calle asfaltada que sale a mano derecha en la carretera que conduce a la fortaleza de Sagres

Praia do Beliche

Otra de las playas que no te puedes perder en la zona es la Praia do Beliche. En la carretera de Sagres al Cabo de San Vicente. Para visitar la playa de Beliche puedes aparcar en lo alto del acantilado.

La Praia do Beliche se muestra como un pequeño y paradisíaco rincón de aguas verdes-azuladas. Además nada más bajar por la enorme escalinata que conduce a la playa, te das cuenta de la presencia de una segunda cala contigua (playa nudista), de igual belleza, separada físicamente sólo durante la pleamar.

Acostumbra a tener menos oleaje y cuenta con un enorme arenal, por lo que es muy familiar.

Praia do Martinhal

Puede que la más paradisíaca de todas las playas de Sagres sea la de Martinhal. Su agua cristalina y su arena casi blanca hacen que sea muy apetecible. Sin embargo, tienes que ser consciente de que raro es el día en el que el viento no pega fuerte en ella. Es, por eso, muy querida por los kitesurfistas y windsurfistas.

La Praia do Martinhal se asemeja más a las playas de la Isla de Tavira y a las Islas Armona y Culatra por aquello de la inexistencia de cortados o acantilados rocosos. Justo enfrente hay pequeñas islas rocosas delante de la costa que le otorgan mayor belleza al conjunto del paisaje.

Praia da Mareta

La Playa Mareta se localiza en plena localidad de Sagres, y por tanto es quizás la más concurrida. Se encuentra a los pies de los jardines de Sagres.

Mareta es una playa bien extensa, rodeada de acantilados, no tan espectaculares como Beliche o Tonel, y de arena dorada.

Dónde comer y dormir en Sagres

La región del Algarve es famosa por su excelente gastronomía y Sagres no es una excepción. El abundante pescado fresco, sus excelentes mariscos, carnes curadas y a la parrilla, y los dulces regionales son básicos en los menús de la mayoría de los restaurantes del Algarve.

Los sitios para comer más recomendados

Restaurante A Sagres, un restaurante familiar localizado en la Rua do Tonel, justo a la derecha de la rotonda principal que conduce al Cabo de San Vicente y a la Fortaleza. Aquí destacan los platos típicos de la gastronomía algarvía, entre ellos el arroz con pulpo, arroz de pescado caldoso, pescado a la brasa, almejas, sardinas, lenguados, etc.

Retiro do Pescador, se localiza en la Rua Luis de Camoes. La comida es de bastante calidad, muy bien preparada y la presentación es excelente. Aquí puedes pedir un riquísimo bacalao a bras, arroz de marisco, arroz de pulpo (polvo) o arroz de pescado.

Alojamientos recomendados por los viajeros

Memmo Baleeira – Design Hotels, hotel en la playa en Vila do Bispo con spa y piscina al aire libre. Los clientes destacan el personal, las instalaciones, el espacio, el entorno. Tiene una ubicación perfecta con un paisaje fabuloso.

Martinhal Sagres Beach Family Resort, un Complejo de 5 estrellas junto a la playa en Vila do Bispo con 3 restaurantes y spa. A 3 km del histórico puerto pesquero de Sagres, el hotel ofrece habitaciones y villas de estilo boutique con terraza y balcón privado.

Pure Fonte Velha B&B, un Bed and breakfast en Vila do Bispo.